Es lo que dicen las redes sociales que suelen ser resultar poco rigurosas pero muy certeras. Los españoles vivimos entre un presidente ególatra y una jefe de la oposición de cabeza hueca. En este caso, preciso: un Pablo Casado que no se atreve a pensar para no tener que concluir. 

Lo malo es que el ególatra, a pesar de todas las burradas perpetradas, continúa poniéndose medallas. Lo malo es que el cabeza hueca tiene miedo a decir lo que piensa y a pensar lo que dice... pero como sigue fuerte en las encuestas ha decidido continuar así.

Vamos bien: una guerracivilista frente a un centro-reformista.