Sr. Director:
La Leyenda Dorada, que nada tiene de legendaria en el sentido convencional y mucho de áurea, escrita por el gran teólogo y predicador dominico Santiago de la Vorágine, fue el libro más leído en Occidente después de la Sagrada Biblia. La Vorágine lejos de limitarse a registrar leyendas edificantes de los santos del calendario, tuvo la ambición y lo consiguió durante siglos de cristianizar el tiempo y demostrar cómo Dios, a través del tiempo y con su buen uso puede sacralizar el ciclo vital. La gran obsesión de San Agustín era entender el tiempo para lo que no tenía una definición exacta, y solo lo podía entender en la experiencia vital. La cultura postmoderna y secular ha intentado e intenta arrinconar el santoral católico, para suplantarlo por presuntas efemérides: deportivas, políticas, científicas o sanitarias (…) es decir, intentar lo contrario de Santiago de la Vorágine desacralizar los días los meses y los años, como se puede en algunos calendarios. La famosa Leyenda Dorada de Santiago la Vorágine tiene una finalidad muy concreta, describir el tiempo no en abstracto, sino el tiempo humano querido por Dios y sacralizado y santificado por el cristianismo.
Un ejemplo meridiano es la festividad de Todos los Santos, en estos tiempos aciagos casi sustituida por el pagano importado de USA, Halloween. Para el autor de la Leyenda Dorada, la festividad de Todos los Santos, marca el tiempo como lo pueden hacer los tiempos litúrgicos del Adviento, Cuaresma, Pascua de Resurrección. Con esta fiesta, el tiempo quedaba sacralizado. En primer lugar, porque celebraba la festividad de Todos los Santos y no solo la de los que se veneran los altares. Otra razón poderosa que exponía Santiago de la Vorágine es la necesidad de expiar las faltas en las que incurran los fieles al descuidar la celebración de los Santos. El Dominico agrupaba en cuatro categorías a los santos: apóstoles, mártires confesores y vírgenes. En La Leyenda Dorada la festividad de Todos los Santtos concentra en un día, la máxima sacralidad que el tiempo puede aportar a la existencia humana. Lo que realmente intentó el gran teólogo y predicador y autor de la Leyenda Aúrea, es demostrar que solo el cristianismo ha sabido estructurar y sacralizar el tiempo de la vida humana para conducir a los cristianos a la salvación. El P. Santiago de la Vorágine fue el gran especialista de los santos. Él mismo fue beatificado por el Papa Pío VII en los duros años del anticlericalismo del siglo XIX, año 1876.










