"No os quedéis en el dogma", ha asegurado en Valencia, apertura de curso, el Rey de España, Felipe VI. Yo no sé quién le hace los discursos a su Majestad pero él debería revisarlos. 

Cuando a Chesterton le llamaban dogmático respondía que sólo conocía dos tipos de personas, los dogmáticos que saben que lo son y los dogmáticos que no saben que lo son. 

Entre otras cosas, porque sin dogma no es posible pensar: dos más dos solo son cuatro en base diez y por definición. Esto es, a partir de un dogma. Sin dogma entra en el bucle relativista, del que no se sale: si todo es opinable ya hay algo que no es opinable y es que todo es opinable. Si nada es verdad ni nada es mentira ya hay algo que sí es verdad: que nada es verdad ni nada es mentira... y así indefinidamente. 

Lo más triste es que ningún español quiere un Rey progre. Ni tan siquiera los españoles progres, para eso ya están ellos.