Ante la vigilante mirada del comisario de don Pedro Sánchez, ministro de Exteriores, José Manuel Albares y ante el cuerpo diplomático español, Su Majestad el Rey de España apostó por un Estado palestino, sin tan siquiera envolverlo en el esquema de los dos Estados. Es decir, el Rey cobarde vuelve a ser la marioneta de Sánchez. 

No es función del jefe del Estado descender a formulaciones tan concretas como esa y mucho menos en plena guerra ente Israel y Hamás. Pero hacerlo ahora, cuando el presidente del Gobierno ha convertido la tragedia de Gaza en instrumento de propaganda de su sensible persona, resulta, por parte del monarca, además de inadecuado, un poco tonto. 

Pero es que, además, entrando en la cuestión de fondo, resulta muy ridículo hablar de Estado palestino cuando la hipótesis de un Estado palestino nunca se ha podido realizar por culpa... de los palestinos. 

Dos datos: en 1948 la ONU decidió crear dos Estados: uno palestino y otro israelí. Lo hizo tan mal que provocó la primera guerra que, como todas la que han venido después, también la de ahora mismo, fueron iniciadas por los palestinos y ganadas por Israel.

Cuando Israel se impone, tras tres guerras iniciadas por los palestinos, aún pudieron crear ese Estado, con lo Acuerdos de Oslo (1993), firmado por Isaac Rabin Y Yaser Arafat. Pues bien, los palestinos fueron incapaces de unirse entre ellos, hasta dar con la actual situación de división profunda entre la Autoridad Palestina y Hamás, entre Cisjordania y Gaza. 

Naturalmente, Israel ha aprovechado estos últimos 25 años para ampliar los asentamientos judíos. Ahora bien, la culpa de que no haya un Estado palestino la tienen.. los palestinos. Sobre todo, aquellos que como Hamas, se niegan a aceptar la convivencia con los judíos. Simplemente quieren aniquilarlos

Majestad: su discurso ha resultado inoportuno, impertinente, injusto... y un poco cobarde. No ceda usted tanto ante el Sanchismo que es usted Jefe del Estado. 

Mucho me temo que, cada día que pasa, le quedan menos días de reinado.