• El obispo de Arequipa Javier del Río, recuerda lo mismo que recordó el Tribunal Constitucional (de Perú, no de España): que la píldora postcoital es abortiva.
  • La PDD ha creado una generación de homicidas. Por lo demás todo está en orden.
En España la gente no piensa, simplemente perpetra, pero en el mundo hispano todavía hay quien se aferra a tan funesto hábito. Por ejemplo, el obispo de Arequipa, la llamada ciudad blanca de Perú. Es decir, monseñor Javier del Río, quien denuncia en esa carta la barbaridad de que el Ministerio de Sanidad apruebe la distribución de la PDD (las PDD porque hay muchas y cada vez más letales) a pesar de la prohibición del Tribunal Constitucional de aquel país. Esto es, un gran éxito de ese peligroso especulador, Pedro Pablo Kuczynski (en la imagen), convertido por carambola en presidente del país. Pero entonces ocurre que hay gente que piensa  que el Obispo del Río actúa con valentía (igualito que los obispos españoles, ¿verdad?) se enfrenta al poder y recuerda… lo mismo que recordó el Tribunal Constitucional y que nadie se atreve a pronunciar en voz alta en España: que la píldora del Día después (PDD) es abortiva. El método más sencillo, cómodo y barato para pervertir a las adolescentes y, con ello, pervertir a la futura generación. En España se venden PDD todos los días desde hace más de una década. Ya ni tan siquiera es material de discusión, ni los sacerdotes hablar de ella, pero sorprende que los provida tampoco lo hagan. En Perú sí. La PDD, que hace millonarios a los accionistas de laboratorio como, por ejemplo, Bayer, es la manera más fácil de abortar. Las adolescentes se van de noche loca y armadas con la pildorita y si, a pesar de la píldora, la concepción se produce, pues la píldora se carga al embrión y hemos terminado. Ahora bien, en España nadie habla de ello y ningún tribunal hubiera hecho otra cosa que seguir lo políticamente correcto: ¡viva la PDD! Sencillamente, los niños siguen muriendo y hemos terminado. La PDD ha creado una generación de homicidas. Por lo demás todo está en orden. Eulogio López eulogio@hispanidad.com