• Los cuatro grandes partidos ya ni se preocupan en defender la propiedad privada pequeña.
  • Y mucho menos al emprendedor, el que más aporta a la sociedad.
  • Sigo creyendo en la necesaria discriminación positiva del pequeño porque, de otra forma, será discriminado.
  • Y las leyes no sólo no favorecen al pequeño sino que le perjudican, porque la igualdad de los desiguales es otra desigualdad y, sobre todo, es una injusticia.
Era entonces ministro de Trabajo con Felipe González, el entonces intocable José Antonio Griñán (en la imagen). Yo era más joven aunque ya creía que lo pequeño es lo bueno y lo grande es lo malo. Exactamente igual que ahora. La diferencia entre un joven y un anciano no es que el uno crea más que otro en sus principios sino que el joven quiere realizar sus principios para mañana y por la vía de las armas. El anciano es más paciente y sabe que tiene que contar con la libertad. El anciano es más paciente… a la fuerza. Pedía yo al ministro de Trabajo, leyes que favorecieran al emprendedor, al trabajador autónomo, a aquel que no pedía trabajo sino que se creaba su puesto de trabajo y, en cualquier caso, al pequeño frente al grande. Y él me respondía: -Eulogio, cuando el pequeño se hace grande ya no se preocupa de los pequeños. Sigo creyendo en la necesaria discriminación positiva del pequeño porque, de otra forma, será discriminado. Y las leyes no sólo no favorecen al pequeño sino que le perjudican, porque la igualdad de los desiguales es otra desigualdad y, sobre todo, es una injusticia. Ejemplo: impuesto de sociedades. En teoría un mismo tipo, incluso inferior, para las pymes, pero lo cierto es que pymes y emprendedores son los que más IVA pagan, mucho más que Telefónica o el Banco Santander o Inditex. En cualquier caso, lo pequeño es lo bueno y el legislador se ha olvidado del pequeño. Eulogio López eulogio@hispanidad.com