Brufau recuerda a los chicos del CEC: recordad, un hombre, un voto. Los chicos del Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), los empresarios más poderosos del país, andan un tanto despistados sobre su propio papel y dimensión. Quiero decir que un día piensan que pueden influir en política y, al final, por divisiones internas, no saben a quién están apoyando ni por qué. Incluso hay elementos relevantes del CEC -por ejemplo, Antonio Brufau- que recuerdan a sus compañeros aquello de "un hombre, un voto" y que, mire usted por dónde, no es tarea de los empresarios el decidir los presidentes del Gobierno. Pero es que, además, jamás lo lograrían, Primero porque no pueden. Segundo porque hablan pero nunca se ponen de acuerdo. Pero podemos hablar de consensos temporales. Por ejemplo, hasta hace un año parecía que el cometido del CEC era mantener a Mariano Rajoy en el poder. Hace seis meses, su objetivo era colocar a Soraya Sáenz de Santamaría como presidenta. Ahora ya hay empresarios de primera línea que piensan en Cristina Cifuentes -no es coña- como presidenta del Gobierno. Y naturalmente, sobre todo, tras la primera encuesta que sitúa al PSOE de Pedro Sánchez por encima del PP, ya hay nobles empresarios que están pensando en el nuevo Zapatero, es decir, en Pedro Sánchez 'Maravillas'. Pero el asunto no acaba aquí claro. El asunto acaba en que los empresarios mandan poco en España y, en segundo lugar, en que no deben meterse en política. No es su función, como no lo es que los políticos se metan a empresarios (o a quitar y poner empresarios). Eulogio López eulogio@hispanidad.com