El próximo sábado 27 de marzo, de 20,30 a 21,30 horas, organismos, instituciones, grandes empresas, y demás entes de gran tamaño, todo aquello que no es de nadie y donde manda uno sólo -lo que no ocurre ni en la familia, ni en la amistad, ni en la pyme- apagarán las luces de sus sedes en la Hora de la Planeta, que lanzó lustros atrás el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).

¿Qué el hombre es el culpable de todos los males del planeta? Sí, pero eso es una tautología: se trata del único ser racional que existe sobre el planeta

Yo no me preocuparía, mientras no se les fundan la bombillas y los fusibles pero, en cualquier caso, el asunto no me gusta. Y no me gusta porque, como el resto de ideas verdes, no sirven para otra cosa que para acusar al hombre de ser el culpable de todos los desastres. Lo cual es una tautología por tanto irrebatible y por tanto falsa e inútil. Claro que el hombre es el único culpable de todas las cosas. De hecho, como único ser libre, capaz de elegir entre el bien y el mal, el ser humano es la causa, para bien o para mal, de todo cuanto ocurre. El azar no existe salvo como sorpresa surgida del choque de voluntades libres, humanas.

Pero sobre todo, la Hora del Planeta no me gusta porque el hombre no desertiza la naturaleza. Al revés, la fertiliza. Sobre todo cuando la explota. Ejemplo: con vides, olivo y cereal. Roma convirtió el norte de África en un vergel, el granero del Imperio. Tras la llegada del islam, poco amante de la agricultura y más tendente a explotar la comodona ganadería, una cultura que apenas explota la tierra, el Sáhara llegó hasta el Mediterráneo y ahí se ha quedado.

El ecologismo es una doctrina cobardona, conservacionista. Recuerda aquello de "no queremos medio ambiente, lo queremos entero"

Además, el ecologismo es una doctrina cobardona, conservacionista. Recuerda aquello de “no queremos medio ambiente, lo queremos entero”. Si bien es cierto que el hombre no debe sobreexplotar al planeta. El imperativo moral de esa norma no es para no dañar al planeta sino para que el planeta pueda seguir siendo explotado por las futuras generaciones de seres humanos. Sólo por eso. El ecologismo nos está llevando a la equiparación entre la especie humana y las especies vegetales (¿Incluida la rata y la serpiente?) que resulta tan estúpido como pitorreable.

Y así, entre tanta tontuna, hemos llegado a la personificación del planeta, al parecer un señor al que más de uno espera encontrarse cualquier día por la calle e invitarle a tomar agua con burbujas (el vino daña al planeta).   

Personificar a las cosas, también al planeta, es el camino recto hacia la locura

No, no me gusta la Hora del Planeta. Sobre todo por lo que significa y por lo que representa.