Trump y Netanyahu
Donald Trump ha anunciado, con Benjamín Netanyahu a su lado, su plan de paz para Palestina.
Y tiene cosas buenas, ya lo creo. Por ejemplo, la creación de dos Estados, israelí y palestino, así como la promesa de ayuda económica y, sobre todo, de ayudas a la reconstrucción. aunque en la delimitación de fronteras tienda a colocar un pelín a la izquierda, hasta el Mediterráneo, y hacia Jafa, pero es aceptable… aunque los palestinos no la han aceptado y lo consideran una burla.
Ahora bien, donde Trump se columpia es cuando afirma que Jerusalén debe ser la capital única e indivisible de Israel.
Pues no, señor Trump. Israel debe ser una ciudad abierta, como proponía Juan Pablo II, pues es la capital de las tres grandes religiones monoteístas. Al menos la ciudad vieja, con un corredor internacional que conecte con el aeropuerto.
Y mientras no proponga eso no habrá paz en Oriente Próximo. Es imposible.