Lo publica Religión en Libertad y es cosa digna de tener en cuenta. Resulta que el obispo de Chicago soltó una frase apocalíptica. Es curioso, en este siglo XXI en cuanto hablamos de martirio o de tiempos difíciles los calificamos de apocalípticos. Curioso corrimiento semántico que resultaría conveniente evaluar.

La extraña confesión del obispo de Chicago

A lo que estamos, Fernanda, que se nos va la tarde: aseguró el prelado que él sería el último obispo de Chicago que moriría en la cama. Su sucesor al frente de la megadiócesis acabaría en prisión y el sucesor de su sucesor, en mártir. No lo dijo en público, porque no conviene atemorizar a nadie pero se encargó de ratificar que sí que había dicho en privado. Para que dejara constancia, como quien dice. Oiga, que Chicago no es el Kurdistán. Yo no digo nada pero me asombra que siempre ocurra lo mismo. Prelados de la Iglesia, intelectuales católicos, hombres de fe probada, almas sencillas, piadosos de distintos pelaje, fieles de toda clase y condición, gente sensata, acaban coincidiendo en lo mismo: vivimos una etapa fin de ciclo. Para muchos de estos convenidos, simplemente en el preámbulo de la segunda venida de Cristo, precedida de una persecución contra la Iglesia como pocas veces se hayan visto en la historia.

Sorprende la cantidad de gente de todo pelaje convencida de que nos aproximamos a una última etapa martirial

Oiga, y en Chicago no parecen darse muchos síntomas de persecución cruenta contra la fe. Simplemente se vive, como en todo Occidente, el desprecio a la fe. Pero al parecer, el sabio prelado… Ojo, no hay nostalgia de cuando el mundo era joven. Sencillamente, los susodichos examinan los signos de los tiempos, la actual obsesión por trocar el mal en bien y el bien en mal -verdadera marca de nuestra época- y aquella pregunta terrible, de cuando el mundo era joven: "Cuando vuelva el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?"y concluyen lo que concluyen. Eulogio López eulogio@hispanidad.com