• Las dos cristofobias: oriental y occidental.
  • La oriental es de crueldad abierta: golpear, mutilar, matar.
  • La occidental es más sibilina: se trata de hacer daño.
  • Se ensaña con la Eucaristía y con la Santísima Virgen.
Son las dos persecuciones. En Oriente, la dura: Paquistán se parece cada vez más a la Roma de Nerón, mejor de Diocleciano, o la policía vietnamita, con esa crueldad propia del Extremo Oriente, donde la policía entra en una Iglesia, interrumpe una eucaristía, saca a golpes a los fieles allí congregados y les hace firmar, bajo amenazas, un papel donde se compromete a no acudir nunca más Lo que digo, crueldad china, bueno vietnamita. Insuperable, claro está. Pero luego está la otra persecución, la occidental, mucho más refinada pero aún más puñetera. Porque en Occidente se trata de injuriar a Dios -con la blasfemia y el sacrilegio- y de paso fastidiar a los cristianos pero, eso sí, democráticamente. ¿Y qué es lo más importante del Cristianismo?: La eucaristía. Y de la devoción cristiana, especialmente la española: el amor a Santa María. Pues ya está: blasfemias y sacrilegios contra la Eucaristía y contra la Señora. Y en esas estamos. Primero asaltaron la capilla de la Complutense, pero todo empezó con la inefable Rita Maestre, la mejor alumna de Pablo Iglesias, enseñando las domingas en una capilla de la Complutense al grito de "Arderéis como en el 36". ¡Es un cielo, esta chica! Ahora le ha tocado el turno a la Universidad Autónoma, otra capilla asaltada. Se trata de asaltar sagrarios. Hasta ahí la Eucaristía, pero luego hay que ensañarse con Santa María. La Virgen de los Desamparados y la Moreneta, las imágenes más queridas por catalanes y valencianos, tenían que ser exhibidas como lesbianas. En defensa de los derechos de los homosexuales, claro está. En el entretanto, el grupo homosexual demanda al arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, sólo para marcarle como a un miserable y para que no se atreva a evangelizar. Conclusión: Cristianos, preparaos para dar vuestra vida por defender a Cristo. Porque la alternativa es mucho peor. Es tiempo de mártires. Eulogio López eulogio@hispanidad.com