La economía española creció un 5% cuando la vicepresidenta Nadia Calviño había prometido un 6,5%. Pero no dimite. Y encima, tiene la desfachatez de echarse faroles, asegurando -lo hizo anteayer- que España es el modelo que encabezará la vuelta a una economía pujante en Europa y en Estados Unidos.  

Mire usted, doña Nadia cuando un ministro de Economía yerra de ese modo, el presidente del Gobierno tiene ante su mesa la carta de dimisión. El Desastre Calviño no dimitirá y, encima, seguirá presumiendo de recuperación justa.