Ya saben: los inventores de los delitos de odio son los más odiadores de todos.

Pero hay algo más, ¿por qué razón se odia tanto a Charlie Kirk como para negarle hasta el preceptivo minuto de silencio, tanto en el Congreso norteamericano como en el Europarlamento? ¿Por qué ese ensañamiento con un muerto, con un asesinado? ¿Quizás por ser un eficiente aliado de Donald Trump? Sin duda por eso también, pero hay algo más. Lo que molesta de la gente como Charlie Kirk, que dicen lo que piensan sin respetos humanos, es que supone, para todos los progres un insulto a su propia vida. No es su apoyo al Trumpismo lo que les molestaba de Kirk sino sus verdades morales, cuando, por ejemplo, defendía el derecho a la vida o la fe cristiana y delataba las barbaridades gender o woke. 

La ideología de Charlie no les enervaba, su fe en Cristo sí, les saca de quicio. Ni un masónico minuto de silencio están dispuestos a ofrecer por él, aunque se tratara del más hipócrita minuto de silencio del mundo. Con cristianos como Kirk, ni clemencia, ni educación, ni tan siquiera buenos modales.

Lo mismo ocurre en España. El nuevo comunismo, PSOE, Sumar, Podemos, hoy en el poder, necesita al PP como coartada porque si no hay alternativa, tampoco hay democracia y ellos venden que son los más demócratas de todos. Por eso les insultan a cada instante pero también dialogan con ellos. Sin embargo, con Vox ni hablan: son ultras. 

No son ultras: son católicos. Sí, ya sé que tampoco Vox es un modelo de partido cristiano pero sí es hijo de esos principios cristianos. Y el nuevo comunismo, autocalificado como progresismo, no es lucha de clases, es pura cristofobia.  

Ya saben: los inventores de los delitos de odio son los más odiadores de todos. Vamos, que tienen muy mala leche.