Me parece bueno felicitar a Susana Díaz por su maternidad y por saber manejar la delicada estrategia de los tiempos políticos.
El hecho de que reconozca que su Gobierno no tiene en estos momentos la estabilidad necesaria para poder resolver los problemas de la gente no es como para tirar cohetes.
Lo que reconoce Susana Díaz es una obviedad. No hay más que ver en qué situación se encuentran esos problemas reales de la gente, empezando por la tasa de paro que sufren los andaluces, con el desempleo juvenil por encima
del 60%, siendo la comunidad con mayor tasa de paro, o los graves problemas de corrupción que acechan a sus gobernantes.
Todo ello cabe colocarlo en el debe de los sucesivos gobiernos socialistas que, desde la Transición, han convertido a Andalucía en una suerte de cortijo particular, y en diferente medida, también en el de las fuerzas de la oposición incapaces de presentar una alternativa sólida al monopolio socialista.
Juan García