Sr. Director:

Pues una pregunta tan pueril, tan infantil, parece que nadie se la plantea, ni tan siquiera los obispos. El resultado es trágico, patético; tiranos, dictadores, cínicos, malhechores, etc., pululan como hongos a sus anchas sin que nadie se oponga a esta situación. Es totalmente irracional que todavía haya ingenuos que defienden la democracia. Pero las consecuencias las vamos a sufrir todos. Estos ”diosecillos maléficos” van a establecer, ya está establecida casi por completo, la mayor dictadura que hayan contemplado los siglos, con el apoyo de los ciudadanos y miembros del clero, que también quedarán esclavizados.

Asombroso pero cierto, Dios no existe, se ha creado el hombre por sí solo. Esto es el fin. Amen. A ver si por fin quedamos libres de Satanás y de sus esbirros.