Sr. Director:
Hay fobia anticatólica. Puede provocar el efecto contrario de lo que pretende, muy típico entre los españoles: llevar la contraria al dirigismo político cuando se gobierna autoritariamente y con prohibiciones, la atracción por saltarse lo prohibido.
La religión aporta solidez a las personas, equilibrio. Lo decía el periodista Andrés Aberásturi recientemente, aduciendo que no tiene fe, pero le gustaría tenerla al comprobar la paz y la felicidad activas que llevan consigo.
Precisamente quien quiere "cambios" busca ciudadanos manejables, sin fuerza, con tendencia a la superficialidad o los tópicos, y puede ser lo que pretenda el alcalde de Valencia, con argumentos que hacer reír, de patio de colegio.
Respeto total a la religión, a toda religión, mientras no sea excusa para atentar contra derechos humanos. No hay que agarrarse a errores de la Iglesia en el pasado o en el presente, pues está gobernada por hombres, y todos somos capaces de lo mejor y de lo peor.
Pero de ahí a estigmatizar a la Iglesia, hay un trecho tan largo que constituye un abuso. Y los católicos son humanos, no dioses: otros parecen querer ser "dioses" decidiendo el sexo o queriendo borrar señales católicas, con una actitud que más bien apela al orgullo más que al diálogo y al respeto. Si señores, se puede ser ateo, pero, pienso que no antirreligioso.
Domingo Martínez
Dile a los jueces y juezas... Vicente Vallés, ejerciendo de feministo
14/12/24 15:00