Sr. Director:

El 14 de febrero se celebraba  la fiesta litúrgica de San Valentín, patrono de los novios cristianos. Actualmente  San Valentín se ha convertido en un reclamo publicitario para festejar el día de los enamorados; una de las muchas efemérides que la sociedad consumista ha inventado para ajustar las cuentas de resultados después de las rebajas.

La Fiesta de San Valentín tiene raíces histórico-legendarias porque recuerda las fiestas paganas lupercales con su violencia orgiástica, en las que pastores festejaban a un fauno lascivo. La Iglesia procuró dar un sentido cristiano a esta leyenda mitológica y escogió como modelo a San Valentín, un clérigo (siglo III)  quien desafió las ordenes de un brutal gobernador romano, que prohibía el matrimonio entre los jóvenes con el pretexto de aumentar el numero cada vez mayor de los integrantes en las legiones romanas. Lo que el joven y osado clérigo quebrantó y pagó con un martirio horrendo como el que sufrieron miles de cristianos, hombres y mujeres, (como Santa Águeda (Ágata)  en las  diez terribles, terroríficas y sangrientas persecuciones durante doscientos años que  van desde Nerón hasta Diocleciano.

Según una tradición secular la memoria de San Valentín se venera en la basílica italiana de la ciudad de TERNI;  todos los 14 de Febrero se celebran actos litúrgicos  en  los  los novios y futuros esposos, como Dios manda, se prometen  fidelidad. La costumbre de intercalar regalos y cartas de  amor el 14 de febrero nació en Francia  En  los Estados Unidos ( 1840) se popularizo la fiesta con la costumbre de felicitar con las tarjetas el día de San Valentía por influencia de la emigración italiana. La Iglesia Católica no ha omitido la fiesta de San Valentín, aunque la haya colocado en un segundo lugar detrás de la Fiesta  de Nuestra Señora del Amor Hermoso, para darle mas realce y fundamento. En diócesis españolas se celebran hoy ceremonias litúrgicas: los protagonistas  son los jóvenes  matrimonios y novios, quienes se renuevan su fidelidad y amor mutuo. Algo muy necesario en estos tiempos de la Covid-19 que no cesa y amenaza por llevarse por delante besos, abrazos, visitas, (...) menos el amor verdadero que es más fuerte que la muerte.