Sr. Director:
Difícilmente se puede cursar lo que, en algunos casos, ni siquiera se ofrece, es lo que pasa con la clase de religión en muchos centros.

Parecía imposible que la situación legislativa de la asignatura empeorase, pero el desarrollo normativo de la LOMCE lo ha conseguido. En Primaria las horas lectivas se reducen a la mitad y en Bachillerato desaparece como oferta obligatoria.

La situación se califica por sí misma cuando una Ley es incapaz de garantizar que se cumpla su contenido.

Un contenido que, lejos de ser arbitrario o voluntad de un determinado gobierno, encuentra su fundamento en el artículo  27.3 de la Constitución, donde se garantiza que los padres puedan educar a sus hijos según sus convicciones morales y religiosas.

J. M.