Sr. Director:
Un grupete de nostálgicos, republicanos y antifascistas, se han manifestado en una «vigilia laica» (?) delante del Palacio Arzobispal de Sevilla, reclamando la exhumación de los restos del general Queipo de Llano de la basílica de la Macarena.
Esta nobilísima aspiración de vencer a un Queipo muerto, ya la propusieron hace unos años; y si ahora vuelven quizás sea porque no se les contestó oponiéndose con firmeza y rotundidad por quienes tendrían que hacerlo.
Dicen que cuando un tonto coge una linde, la linde se acaba y el tonto sigue. Pues con el respeto que se merecen los discapacitados intelectuales involuntarios, aquí está sucediendo algo similar: algunos han cogido la macabra linde de los zombis y no pararán hasta vencer a todos sus enemigos muertos y enterrados. Aunque comprobando la debilísima oposición que todos estos zombis suelen recibir a sus macabras reclamaciones, nadie apostaría que los restos del general permanezcan bajo suelo macareno; por mucho que ello significara una ingratitud hacia quien, quiérase o no, fue el máximo responsable de la existencia de la actual basílica y Hermano Mayor honorario de su Hermandad.
Pero peor aún: supondría una nueva victoria de los rescatadores del odio revanchista que, pese a mostrarse tan celosos con la pureza de huesos de los que yacen bajo santo suelo, se sienten herederos de quienes provocaron que la Esperanza acabase «refugiada» dentro de un cajón para salvarse de tan ardorosos hijos.
Miguel Ángel Loma
Las empresas familiares se rompen. Del Pino fue el pionero, los Botín y los Entrecanales, los próximos
13/12/24 16:58