Sr. Director:

Visto en perspectiva, el problema de la inflación que afrontan las economías desarrolladas y que a algunos les empieza a preocupar, parece un chiste comparado con la crisis alimentaria generada por la confluencia entre la guerra de Ucrania y la crisis climática. El secretario general de la ONU ha lanzado hace unos días la voz de alarma: la desnutrición se dispara y afecta ya a unos 200 millones de personas. En el Cuerno de África mueren dos mil cada día, mientras la situación se agrava en el Sahel y en lugares como Oriente Medio, o incluso en países de América Latina. Con el puerto de Odesa bloqueado y el impacto de las sanciones a Rusia, se ha resentido el comercio de cereales, lo que afecta especialmente a los países más pobres que como siempre en momentos de crisis son los más perjudicados.