Sr. Director:

Rechazo, absolutamente, los injustificados crímenes (el crimen nunca tiene justificación) perpetrados contra los trabajadores del semanario 'Charlie Hebdo', y admiro la unidad de los franceses y los políticos contra ese crimen organizado. 

El Papa Francisco, representante de Cristo en la Tierra, también condenó, inmediatamente, el vil atentado contra periodistas parisinos, pese a los irreverentes dibujos de la citada revista, que llegó, incluso, a la blasfemia en la representación de la Santísima Trinidad.

Jesucristo dijo, a los suyos e iba para todos, que no recurrieran a la violencia, y adoctrinó sobre el perdón y la misericordia,  incluso en el momento sublime de su muerte en cruz, cuando clamó, disculpando a sus verdugos: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen".

En pancartas, ha aparecido la leyenda: "Je suis Charlie Hebdo".  No podría asumirla si conllevara la identificación con la intolerancia  religiosa que se muestra en esa revista: parece que confunde la mofa contra lo sagrado con la libertad de expresión. Creo que hay que atajar, en su raíz, el crimen, todos los crímenes, y, también, exigir, con la firmeza de la ley, respeto a los sentimientos religiosos de la gente. El respeto es la puerta de la paz.

Josefa Romo