Sr. Director:
Aquella guerra, la de Argelia a lo largo de los trágicos años noventa, que se cobró más de doscientas mil vidas en diez años, fue el comienzo del terrorismo en el Norte de África, rápidamente alimentado por los llamados “afganis”, que habían luchado en Afganistán contra el ejército soviético.
Los monjes de Tibherine, un pequeño poblado en el corazón montañoso del Atlas argelino, vivían apaciblemente dedicados a la oración y a ayudar a la población local.
Su martirio sirvió de base para la película De dioses y hombres, premiada en el festival de Cannes y que mostraba, en todo su dramatismo, la muerte heroica de estos monjes que decidieron permanecer en tierra argelina a pesar del peligro evidente que eso suponía.
Ahora, parece que estos hombres de fe probada, van a ser proclamados santos para dicha de toda la Iglesia y de tantos amigos musulmanes que compartieron con ellos el amor de Dios y el rechazo absoluto de la violencia.