Sr. Director:Es posible que alguna vez hayamos reparado en la evidencia de que el cocinero -al igual que los directores de orquesta, y los leñadores- es una profesión básicamente masculina, sobre todo a partir de un determinado nivel, con notables excepciones, que solo hacen que confirmar la regla.A pesar de esta realidad palmaria, nadie habla de discriminación, de machismo, ni organización patriarcal. Los cocineros, como los directores de orquesta y los leñadores, son grupos sociales solventes y cada uno, en su labor, bien considerados.Nadie se mete con ellos, y mucho menos a nadie se le ocurre clamar por un sistema de cuotas (50% de cocineros y 50% de cocineras…).Por ejemplo, todos los hoteles de cuatro estrellas no tendrán una dirección de cocina bicéfala, una pareja como ya hizo Iniciativa, y ahora la nueva CDC, siempre tan atenta al progreso. A Nadie se le ocurre que en los grandes centros de la música en vivo, se alternen necesariamente, un director y una directora para respetar la paridad.Y la cuestión de fondo es precisamente esta: ¿por qué si en estas actividades del bien comer o de dirección orquestal tal cosa ni se plantea? ¿Por qué resulta obligatoria en las listas de diputados, y cada vez más se cuentan las mujeres que hay en los gobiernos?José Morales