Sr. Director:
Es posible que alguna vez hayamos reparado en la evidencia de que el cocinero -al igual que los directores de orquesta, y los leñadores- es una profesión básicamente masculina, sobre todo a partir de un determinado nivel, con notables excepciones, que solo hacen que confirmar la regla.
A pesar de esta realidad palmaria, nadie habla de discriminación, de machismo, ni organización patriarcal. Los cocineros, como los directores de orquesta y los leñadores, son grupos sociales solventes y cada uno, en su labor, bien considerados.
Nadie se mete con ellos, y mucho menos a nadie se le ocurre clamar por un sistema de cuotas (50% de cocineros y 50% de cocineras…).
Por ejemplo, todos los hoteles de cuatro estrellas no tendrán una dirección de cocina bicéfala, una pareja como ya hizo Iniciativa, y ahora la nueva CDC, siempre tan atenta al progreso. A Nadie se le ocurre que en los grandes centros de la música en vivo, se alternen necesariamente, un director y una directora para respetar la paridad.
Y la cuestión de fondo es precisamente esta: ¿por qué si en estas actividades del bien comer o de dirección orquestal tal cosa ni se plantea? ¿Por qué resulta obligatoria en las listas de diputados, y cada vez más se cuentan las mujeres que hay en los gobiernos?
José Morales
Las empresas familiares se rompen. Del Pino fue el pionero, los Botín y los Entrecanales, los próximos
13/12/24 16:58