Sr. Director:
Resulta lastimoso que apenas había surgido un rayo de entendimiento cara al debate sobre los presupuestos del año próximo, se haya disipado en menos de 24 horas con una vuelta a la bronca que no puede conducir a nada positivo. El Presidente Sánchez se comporta como si creyese a pies juntillas lo que le dice el CIS: que los votantes están premiando su desprecio al diálogo con el Partido Popular, al que considera un enemigo más que un adversario que le podría aportar algo positivo.
Para muchos hispanos, me atrevería de decir que para la mayoría, es urgente encontrar un proyecto común, y para eso es obligado sentarse y dialogar. “Debemos escucharnos porque todos tenemos algo importante que decirnos”, insistió el presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Omella. Lo lamentable es que Sánchez escucha sin problemas a los que pretenden demoler nuestro marco de convivencia, pero parece que no quiere cruzar ni un saludo con el principal partido de la oposición constitucionalista.