Termina el año 2023, lo pueden calificar como quieran, pero lo que si tenemos a la vista es que España ya no será lo que era, y nos adentramos en un desierto en el cual tenemos que vivir, por supuesto que se trata de un desierto espiritual, los católicos vamos a quedar reducidos a un resto, no es catastrofismo, es la sociedad que hemos formado: La Iglesia Católica desacralizada, mundanizada, ni tan siquiera el clero mantiene la vestidura que sería un signo con el cual eran personas consagradas a Dios, y se formó un estado político sin Dios. Con esta situación de poco sirve ser un incauto. Suprimiendo la Religión, con la cual se forman personas íntegras, coherentes con los valores cristianos que antes recibíamos desde niños, las generaciones actuales están vacías, solo impera el materialismo y el mayor libertinaje, y buena prueba de ello son los gobernantes que padecemos. No nos engañemos, la democracia es el mejor invento diabólico y no acabo de entender como todavía invocan a la democracia como un bien. El mayor bien y el único que puede dar paz y fraternidad a la sociedad, es Cristo Verdadero Dios y Verdadero Hombre. Quisiera equivocarme pero ni la Iglesia Católica en la cual se va a producir un cataclismo, ni España, volverán a ser lo que eran. Nos espera una dura travesía por el desierto, pero cada uno dispone de su vida como quiera, en lugar de desierto puede asentarse en un oasis, es decir: Ponerse en manos de Dios y de la Santísima Virgen.