Sr. Director:
En tiempos de pensamiento débil, banalización u ocultación de la muerte, e incluso ridiculización de lo que estereotipadamente se piensa que es la santidad, características que concuerdan con el tiempo que nos ha tocado vivir, hemos de imitar los gestos de amor y misericordia de los santos.
Aunque a nuestros ojos puedan parecer insignificantes, esos gestos evangélicos como una ayuda generosa, un tiempo dedicado a escuchar, una visita, una palabra buena o una sonrisa, son eternos a los ojos de Dios, porque el amor y la compasión son más fuertes que la muerte.
Y es que las Obras de Misericordia están más vigentes que nunca.
Jesús Domingo Martínez
Las empresas familiares se rompen. Del Pino fue el pionero, los Botín y los Entrecanales, los próximos
13/12/24 16:58