Sr. Director:

¡Qué ironía! Pues sí, en esta sociedad muchos vivos viven en el sepulcro, que es lo mismo que decir “una sociedad de muertos vivientes”. Pero esto no es una fantasía, estamos hablando de España, de Europa, cuna de la civilización cristiana que humanizó a la sociedad, que la hizo más fraterna, más solidaria, más humana. No se puede explicar este cambio radical solamente con palabras humanas; el cristianismo ha desaparecido oficialmente de las naciones, y no solamente ha desaparecido, es que ahora está perseguido por los que propagaron la religión cristiana por el mundo.

Todo comenzó cuando se pretendió establecer una sociedad basada únicamente en el bienestar material, prescindiendo de toda norma moral. Esta apostasía, que eso es lo que ha ocurrido, una apostasía, que ha sido propiciada por Satanás, nos ha conducido a esta tenebrosa situación que estamos viviendo. Al prescindir de nuestros valores, de nuestra identidad que eran cristianos desde hace dos mil años, dejamos abierta la puerta de par en par para que Satanás se infiltrase en todos los ambientes, políticos, familiares, sociales, económicos y hasta religiosos, todo quedó influenciado por el y por sus maléficos esbirros que se han apoderado de todos los medios económicos, políticos, informativos etc. Su acoso es tan agobiante, sobre todo por los medios de comunicación, que ha conseguido que la sociedad viva en un constante “vivo sinvivir en mi”, (Santa Teresa) con un pánico cerval, temerosa, amedrentada y por tanto fácilmente manejable, es decir, ciudadanos que “viven en un sepulcro”. Tienes que optar por no leer la prensa, salvo honrosas excepciones, y lo mismo podemos decir de las TV. Llegados a  este punto observamos un cambio radical; dice Cristo: “He venido a traer Vida y que la tengan en abundancia”. Por supuesto que esta Vida no es material, es espiritual. La teníamos en Occidente pero la hemos eliminado, y ahora resulta que no tenemos esa Vida espiritual pero tampoco  esa vida placentera material. Muchedumbre de personas sin trabajo, que tienen que pedir comida, pues hasta ese bien imprescindible se ha perdido. El “·Patillas”, es decir Satanás, ha conseguido que las personas que están sanas estén obligadas a permanecer en sus hogares sin poder acudir a sus trabajo y no podemos volver a caer en la trampa que Satanás nos ha tendido: “Quédate en casa” .  San Pablo dice: “El que no trabaje que no coma”, por lo tanto  la persona que esté sana tiene que acudir a su trabajo por que yo no conozco ninguna causa demostrable, no solo palabrería, que le impida acudir a su trabajo. Las consecuencias no podían ser otras: una crisis económica que lleva a la ruina a muchas naciones; una vez empobrecidas y atemorizadas, ya son fácilmente manejables. No cabe duda de que parece que el “Patillas” está ganando la batalla, pero le queda poco   tiempo y el lo sabe, por eso hace una presión insoportable.