Sr. Director:
Computando el número y género de los miembros y miembras que integran el flamante Gobierno plural y diverso de Pedro Sánchez, comprobamos que va más allá de lo meramente paritario; dejando reducido el componente heterosexual masculino a una presencia testimonial.
Por eso, y en coherencia con los mandatos semánticos de la impositiva ideología de género, más que ante un nuevo Gobierno, estaríamos ante una nueva Gobierna; y con tan innovador nombre nos lo tendrían que haber presentado y pasar a denominarse por todos (y todas).
Pero seguro que esta audaz propuesta no les gustará. Pues una cosa es cuando ellos (y ellas), tan progresistas (y progresistos), modifican y fuerzan las expresiones inventándose palabros para escandalizar a las supuestas mentes ortodoxas y burguesonas, y otra muy diferente cuando se les aplica la misma doctrina que predican, o la misma receta que administran a los demás (y demós).
Un cambio tan radical de actitudes y reacciones respecto a sus propias prédicas, que sólo se justifica en que saben que tienen la sartén por el mango. ¿O era el embudo?