Sr. Director:

Jueves Santo celebra, conmemora, la Iglesia Católica la institución de la Divina Eucaristía y del sacerdocio católico. Sin ambos acontecimientos no existiría la Iglesia Católica. Llevamos mucho tiempo, demasiado tiempo, en que ambos acontecimientos pasan por una crisis de extrema gravedad. No soy nada más que un fiel católico, pero sin criticar a las personas tengo el derecho y deber de señalar lo que yo entiendo que es erróneo en la Santa Iglesia Católica. Lo más grave y doloroso es el ver como la Divina Eucaristía está totalmente desacralizada. Habrá que decirlo una vez más. Hay que anular la comunión en la mano y recuperar los comulgatorios para recibir de rodillas a la Divina Forma, presencia real y viva de Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre. Entiendo que se ha extendido y va en aumento, el que los fieles no se arrodillen, y esto es consecuencia de una errónea doctrina, pues los fieles siguen las normas que les dicen. Nunca el hombre es más grande que cuando se arrodilla ante Dios. Cristo, en el Huerto de los Olivos se arrodilló rostro en tierra, sudando gotas de sangre por el sufrimiento que estaba padeciendo a causa de nuestros pecados, y nosotros, bien erguidos ante Dios ¿Cómo calificar esta actuación?

El sacerdote es un ser privilegiado, escogido por Dios, con el poder que le confiere la Iglesia de perdonar los pecados y ofrecer el Santo Sacrificio. Es por tanto un ser consagrado a Dios, que tiene que distinguirse con su vestidura sacerdotal de esa condición. Dios nos ha dado los sentidos corporales para enriquecer nuestro interior. Por eso cuando vemos a un sacerdote con su vestidura eclesial es decir la sotana, repito sotana, nuestro espíritu se alegra. Cuando los  obispos celebran una asamblea general, y con el debido respeto, no sabes si son obispos o miembros de una sociedad humana. Esta grave situación que padecemos, según entendí al Papa Benedicto XVI, se debe a que entendieron mal la frase del Papa Juan XXIII: ”Abrid las ventanas al mundo”  El pretendía que llevaran el evangelio a todo el mundo y se supone que con buena fe, se despojaron de sus vestiduras sacerdotales e hicieron una nueva iglesia con carácter más social que religioso, pensando que así traerían más fieles a la Iglesia, pero con esa nueva Iglesia, no solamente no trajeron a nadie, sino que muchos de los que había se marcharon desilusionados y doloridos. Viendo la situación actual la Iglesia tenía que dar un giro de 180 grados. Hay que recuperar el sentido de los sagrado, y ser testigos visibles, con su sotana, pues por los sentidos exteriores se enriquece o entristece nuestro interior; el ver a un sacerdote, religioso, obispo con su vestidura sacerdotal  se alegraría nuestro interior y muchas personas podrían darse cuenta de que Dios existe, pues hay muchas que así lo  y atestiguan  con su ejemplo.