Sr. Director:
Los que ya somos ancianos podemos comunicar nuestra experiencia, pues la experiencia es la madre de la ciencia. Yo puedo declarar en el sentido religioso, el ambiente apostólico que existía en la Iglesia Católica, por ejemplo los Cursillos de Cristiandad. Frases que expresaban su espíritu apostólico: “Cristo y yo mayoría absoluta”. “Cristo cuenta contigo y yo con su Gracia”. “Al mundo se le gana con caridad y cara dura”. “Las rodillas son las grandes palancas del apóstol.” Los cursillos se celebraban por separado, de hombres y de mujeres.
Recuerdo que cuando se celebrabas los cursillos de hombres, en la Iglesia de los PP Franciscanos de Santander, que es un templo amplio, se celebraba una Santa Misa por el fruto del cursillo, a las seis de la mañana, el templo se llenaba de hombres. En la clausura en el claustro de la catedral, sólo había hombres, se oían unos testimonios de vida cristiana que hacían retumbar hasta las paredes, el Espíritu se palpaba con las manos. Hombrones como aquellos que dormían en el suelo, que dejaban de fumar, que ayunaban, etc. Por el fruto del cursillo, ponían de pie hasta a los cadáveres. Pero en esa época fue cuando comenzó la nueva Iglesia, fruto de una interpretación errónea del Concilio Vaticano II- Todo se trastocó. Recuerdo que se fusionaron los consejos que había por un lado de hombres y el otro de mujeres. Un sacerdote amigo mío que era director espiritual del consejo de hombres lo dejó. Comenzaba el desmantelamiento de todo lo que había y que había dado un fruto ubérrimo. Un sacerdote le decía a un amigo mío, que era dirigente del consejo de hombres, que tenía que dimitir, que aquello ya no servía. Mi amigo le contestó que el que tenía que dimitir era él, pues si él estaba equivocado muchos millones de personas antes que él también habían estado equivocadas. Resultado, se eliminó todo aquel espíritu apostólico que era fruto de la oración y del sacrificio, y comenzó una nueva sociedad dominada por aquellos progresistas que han provocado una sociedad que camina hacia la nada. En la Iglesia Católica da la sensación que no es nada más que Cáritas. Lo espiritual, lo sagrado, lo trascendente, ya no cuenta. Han hecho inútil la Pasión y Muerte de Cristo que murió como el más vil asesino por nuestros pecados clavado en una Cruz, no para quitar el hambre del mundo sino el pecado, y caminamos obstinadamente hacia la nada.