Sr. Director:
Hace casi cinco años que D. Pedro I el Mentiroso, por arte y buen hacer con la escoria política española, está en la Presidencia del Gobierno, es decir, en la Moncloa y hasta el momento, no ha hecho nada positivo para el pueblo, limitándose a la imposición de nefastas leyes ideológicas con las que pisotear la moral y buenas costumbres de los españoles -con la complicidad del “amañado” Tribunal Constitucional-, a la vez que otras fatídicas leyes, al dictado de esa escoria política, para favorecer a sus delincuentes anulando en ellas los delitos cometidos o rebajando las penas normales que merecen.
Pero llegan las elecciones y se produce el milagro; con todo descaro el “charlatán de ferias” empieza a ofrecer y regalar, a los más ignaros, todo cuanto se le ocurre con el único objetivo de comprar su voto. No le preocupa el valor de los regalos, pues lo hace con nuestro dinero y el de nuestros hijos y nietos por el elevado déficit público que ha creado y sigue subiendo.
De la chistera han salido, pisos a mogollón (no sabe ni él cuantos ha ofrecido ya); pagas extraordinarias para los que llegan a la edad de votar; descuentos astronómicos para viajes de los que tienen que votar y son modelables; ayudas económicas de todo tipo (claro, es con el dinero de todos); y no sé cuántas cosas más. Y todo ello mientras el pueblo sufre por la despenalización de los políticos delincuentes amigos suyos y Bruselas no para de llamarle la atención por ese abuso de rebajar o anular penas. Las mentiras encabezan su campaña electoral y los españoles nos podemos preparar si este elemento repitiera el cargo en la próxima legislatura; aprenderíamos bien hasta dónde llega su autocracia.