Sr. Director: 

A pesar de la destitución del presidente Buteflika y de la detención de algunos de sus más destacados colaboradores en Argelia, la presión popular contra el régimen argelino no ceja. La mayoría de la población no cree que el general Gaid Salah, que ha asumido el poder hasta que se celebren elecciones, sea capaz de conducir el país hacia una democracia plena. Lo que se teme es que después de la movilización espontánea de tantas gentes que no dejan de pedir libertad y justicia, el viejo poder surgido de la independencia hace más de cincuenta años solo trate de reorganizarse bajo la apariencia de unos cambios que no engañan a nadie.