Sr. Director:
Leo hoy con preocupación en Hispanidad la noticia que recoge la intención de Pedro Sánchez de seguir ampliando la perniciosa legislación sobre el aborto, llegando hasta el momento del parto. Cuando la legislación convierte el ataque a una vida inocente en un derecho de la libertad individual, lo que hace es pervertir los fundamentos de la democracia misma, que pasa de ser el marco para la protección y realización de los derechos humanos a convertirse en un régimen que sirve de soporte para la negación de los derechos fundamentales de clases enteras de seres humanos. El derecho a la vida de todo ser humano, incluidos los no nacidos, no se basa en el consenso de la mayoría sino en el reconocimiento de la existencia de unos principios universales comunes a todos los hombres e inscritos en nuestro interior. Si por decisión de una determinada mayoría, se legislase en contra de este principio, esa legislación sería completamente ilegítima e inmoral. La democracia así deja de serlo y se convierte en un totalitarismo más, que permite y fomenta la impunidad en el ataque al derecho a la vida de seres humanos indefensos, que se encuentran en situación de abandono por parte de quien debería ocuparse precisamente de protegerlos.
El Papa San Juan Pablo II en su encíclica Evangelium Vitae, decía: “La decisión deliberada de privar a un ser humano inocente de su vida es siempre mala desde el punto de vista moral y nunca puede ser lícita ni como fin, ni como medio para un fin bueno”.