Los tres diarios económicos españoles -y los tres son muy buenos, que conste- Expansión, Cinco Días y El Economista, titulan de idéntica forma su información sobre el plan estratégico de Caixabank, primer banco del país, si prescindimos del exterior, donde es superado por Santander y BBVA.

Coinciden los tres en que, en el próximo trienio, el banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri y cuyo ceo es Gonzalo Gortázar -como alguien dijo, antes de la fusión, una pareja imbatible-  se proponen repartir 9.000 millones de euros entre los accionistas en tres años. Muy bien, el dividendo, y no la especulación bursátil, debe constituir la pieza clave en la remuneración al inversor. Ahora bien, un banco es algo más que un conjunto de accionistas y la buena gestión bancaria consiste en mantener la solvencia y aumentar la rentabilidad, sobre todo esto último. Principalmente a cargo del dividendo. 

Decíamos ayer, que la presentación de dicho plan coincide con la nueva era monetaria: se acabó el dinero barato. 

El mérito de Caixabank estriba en haberse afianzado en el liderazgo en tiempos de tipos bajos. Ahora, con más margen al alcance el mano, la competencia, sobre todo el resto de cajas, así como Santander y BBVA, se lanzarán a por esa mayor oportunidad, porque el negocio bancario vuelve a ser negocio. No se lo van a poner fácil a Caixabank. 

Así que cuanto antes se libre de la presencia del Estado, una fardo para cualquier entidad, mejor que mejor.