
En la España de hoy que se mueve entre la Fiesta civil de la Constitución y de Inmaculada Concepción no faltan agoreros, que ante la gran crisis constitucional y existencial desearían que la Constitución fuese inmaculada
La Festividad de la Inmaculada Concepción tiene una larga historia en España. Ya en el reino visigótico tan olvidado y desfigurado por la historiografía oficial, en el siglo VII se celebraba el día 18 de diciembre, siendo arzobispo de Toledo el gran san Ildefonso. La universidad de Valencia en 1530 obligaba a profesores y alumnos, bajo juramento a la defensa de este privilegio, que fue asumido por la mayoría de las universidades. El pueblo frente a los teólogos que cuestionaban o negaban la Concepción inmaculada, respetaba y celebraba la festividad con un saludo especial: “Ave María Purísima: sin pecado concebida”. El Rey Borbón Carlos III tan admirado por Jovellanos, como se puede ver en su famosa y espléndida pieza retórica “Elogio” propuso a las Cortes de su Reino y Virreinos hispanos que la Inmaculada Concepción fuese Patrona. El mismo Jovellanos celebraba la festividad de la Inmaculada con gran entusiasmo y fervor.
El Ejército Español (La fiel Infantería) la tenía como patrona singular en las batallas más peligrosas e ilustres y famosas de los Tercios de Flandes. En Asturias el acuartelamiento Príncipe Cabo Noval la fiesta de su Patrona supone un hito con la para militar más espectacular del año.
Todas las artes españolas: música y pintura (…) han compuesto grandes obras con este privilegio de Nuestra Señora. Una escritora excepcional como Sor María de Jesús de Agreda, asesora epistolar del Felipe IV y la famosa Dama Azul de los indios de Nueva España, escribió una biografía espiritual sobre la Inmaculada Concepción -La Mística Ciudad de Dios. Obra ingeniosa y enigmática, defendió con pasión este privilegio mariano, pidiendo al Rey que influyera en Roma para que se declarase dogma de Fe el misterio. Lo que solo sucedió en 1854, cuando fue definido por Pío IX. Entre los grandes pintores destaca el avilesino Juan Carreño Miranda por sus Inmaculadas, admiradas y copiadas; alejadas de las de la escuela sevillana de Murillo
En la España de hoy que se mueve entre la Fiesta civil de la Constitución y de Inmaculada Concepción no faltan agoreros, que ante la gran crisis constitucional y existencial desearían que la Constitución fuese inmaculada. Una ironía imposible si no se convocan elecciones, para que el único soberano el pueblo español se pronuncie libre y democráticamente: cuanto antes mejor.









