"Wanda se queda en Madrid... están encantandos de quedarse y nosotros de que se queden", presumió la alcaldesa de Madrid, tras reunirse con el grupo chino de Wang Jianlin. ¡Qué lástima! Manuela Carmena, permítanos que no no lo celebremos. Y es que desde que el magnate chino -el 18º hombre más rico del mundo, según la última lista Forbes- compró el Edificio España al Banco Santander en julio de 2014 hemos asistido a un auténtico culebrón. Primero, Jianlin quería derribarlo, pero la ley se lo impidió; luego, accedió a reformarlo sin demoler la mítica fachada,... y después, hasta se habló de que ya no lo quería y lo ponía en venta. Ahora parece que en su tira y afloja con el Ayuntamiento de Madrid, Wanda apuesta por quedarse, pero sería mejor que se fuera. Recuerden que los chinos se burlan de España (el último ejemplo lo encontramos en el fraude fiscal del ICBC). Además, China es una economía inmoral, que se ha hecho fuerte a costa de explotar a los trabajadores y producir barato, pero el modelo está en crisis y amenaza con arrastrar al resto del mundo. Hispanidad redaccion@hispanidad.com