Ahora, gracias a la Ley Trans, otro 'éxito' de Irene Montero junto con el Sólo sí es sí, la reclusa terminará de cumplir la condena por abuso sexual en el centro penitenciario madrileño de Estremera
Lo explica Religión en Libertad y yo no tengo mucho más que añadir. Porque aquí el problema no está en el violador, que bien condenado está si ha perpetrado su fechoría. El problema está en una ley estúpida, y en un consenso social aún más idiota, según el cual uno puede declararse hombre o mujer a conveniencia, independientemente de lo que la naturaleza le ha impuesto.
Al parecer, no se nos pide permiso para nacer pero algunos pretenden que se lo pidan para nacer hombre o mujer. Y otros, los presuntos violadores, aprovechan la necedad social para librarse de la quema.