Mañana del miércoles en RNE. Se habla de los políticos catalanes prófugos y de la reactivación de las euro órdenes de captura. En un momento dado, con esa humildad que le caracteriza, Pedro Sánchez mete la pata y asegura que la Fiscalía depende del Gobierno.

¡Gran escándalo y rasgado de vestiduras! Lo cierto es que el Fiscal General del Estado es nombrado por el Gobierno y en este sentido depende de él. Ahora bien, se supone que funciona de forma similar a la de un gobernador del Banco Central: es nombrado por el Gobierno pero el Gobierno no le puede cesar.

El margen de maniobra de un gobernador es muy superior al de un Fiscal General del Estado, que cuando abandone su cargo debe volver a ejercer como fiscal.

Fíjense si el asunto es discutible que en EE.UU. el Fiscal General del Estado y el Ministro de Justicia son una misma persona.

En definitiva, el problema no es que Pedro Sánchez haya mentido, depende de cómo se interprete la autonomía de la Fiscalía. El problema es la chulería, absolutamente innecesaria, con la que se ha pronunciado el bueno de Peter.

Por cierto, la Asociación de Fiscales ha respondido a Sánchez con el siguiente comunicado:

Asociación de Fiscales

Y desde Cataluña, Quim Torra, también ha respondido al presidente. El presidente catalán ha calificado como "un escándalo" las palabras de Sánchez, afirmado a través de un mensaje en las redes sociales que lo qué ha dicho el presidente del gobierno central es una muestra de "el escándalo permanente en el que vive instalado el Estado heredero del franquismo".