En la iglesia de Santa Teresa y Santa Isabel (en la imagen), ubicada en pleno centro de Madrid, han tenido que anular los cepillos de las limosnas. Y tendrán que cambiarlos todos porque en pleno acto litúrgico, un ladrón entró y robó la llave de los mismos para luego desvalijarlos todos. Y eso que el templo cuenta con un celador. En Madrid, aumentan los robos en iglesias. Los robos de ambos tipos: los sacrílegos, los más graves, satánicos, que buscan profanar al Santísimo (el verdadero tesoro de un templo) y los ladrones que buscan objetivos de valor. Cristofobia y anticlericalismo: todo ello creciendo en progresión geométrica. Permanezcan atentos a la pantalla. Hispanidad redaccion@hispanidad.com