El sábado 23 de abril llega, un año más, la monserga de la Hora del Planeta. Instituciones y empresas apagan las luces de su sede (claro, es sábado y nadie trabaja) en solidaridad con el planeta. Pero, hombre, ¿tan importante es apagar una hora las luces? ¿Acaso no es más que un símbolo?

Sí pero un símbolo malvado: Yo no apagaré las luces por dos razones:

1.Lo más importante: no tengo la menor intención de promocionar la religión climática, el último, y más castrante estúpido consenso de la humanidad Resulta perentorio remar en dirección contraria.

2.Porque la respuesta a la falta, o a la carestía de energía, como al resto de desafíos económicos actuales no consiste en consumir menos sino en producir más. Producir más… también para hacer un planeta más verde.