Acuerdo histórico en la Cumbre de Barcelona entre Emmanuel 'lolito' Macron y Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Francia y España celebraron en la mañana del jueves 19, en Barcelona, una reunión de sus Gobiernos para formar un Tratado de Amistad. Al parecer, estábamos  enemistados. 

Acordar, lo que se dice acordar, no acordaron mucho, casi nada, pero el lugar elegido sirvió para que Barcelona volviera a llenarse de banderas independentistas y para que Sánchez obtuvieran su primera triunfo aunque sea por retambufa: los indepes se pegaron en la calle con los de la antigua CDC, hoy más separatista que la izquierda ERC, con un Oriol Junqueras abucheado y calificado como "traidor". Precisamente él, que, al revés de Puigdemont, afrontó su declaración unilateral de independencia con convocatoria de referéndum incluida y acabó en prisión, mientras que el muy indepe Puigdemont, huía vergonzosamente a Bélgica para escapar de la justicia. El uno terminó como delincuente, el otro como cobarde prófugo. Pues resulta que ahora el traidor es el primero, no el segundo.  

En cualquier caso, la montaña parió un ratón. El acuerdo histórico consiste en realizar todos los años otra reunión histórica de ministros de ambos países. Tratado de amistad o amistad en tratados. En todo caso, histórico.