Este es un email de uno de los sobrevivientes del Vuelo 1549, el avión que cayó en el Río Hudson el pasado 15 de Enero. Fred Beretta estaba en el avión y envió el e-mail de abajo a su viejo amigo Vinny Flynn.

Fred nos dio un permiso especial a través de Vinny para que publicáramos su testimonio inspirador sobre la misericordia de Dios (abajo).

Sábado, 24 de Enero, 2009

Vinny,

Sinceramente espero que este e-mail encuentre la manera de llegar a ti. Yo era un pasajero en el vuelo 1549 y mi nombre es Fred Beretta. Es probable que me hayas visto u oído en CNN o en Fox la noche del accidente. Me entrevistaron Lou Dobbs, Wolf Blitzer y Bill O'Reilly quienes hablaron sobre el accidente esa noche.

Yo había estado en Nueva York en un viaje de negocios de un día y me senté en el asiento 16 A, justo detrás del motor izquierdo. Mi viaje fue una decisión de último minuto que tomé el día anterior. Había terminado mis reuniones temprano el jueves y me di cuenta que tenía tiempo para asistir a la misa de 12 en la Catedral de San Patricio. Era muy inusual que tuviera tiempo, pero ese día lo tuve. Después de misa, paré en una tienda de regalos que quedaba justo frente a la catedral y compré tu libro, "7 Secrets of the Eucharist." (7 Secretos de la Eucaristía).

Mientras esperaba para abordar el vuelo 1549 para Charlotte, donde vivo, comencé a leerlo. Seguí leyéndolo mientras rodábamos justo antes del despegue. Creo que ya había leído cerca de la mitad cuando decidí cerrar mis ojos y reflexionar sobre los increíbles conceptos que tu libro me dio respecto a la Eucaristía.

Estábamos subiendo y un minuto después escuché el impacto de las aves y la explosión en el motor izquierdo. Pude ver que estaba en llamas y la cabina comenzó a oler a combustible de avión. Como piloto privado, me di cuenta que el segundo motor tampoco estaba funcionando, así que las cosas comenzaron a ponerse muy tensas.

Yo había conocido y rezado la Coronilla de la Divina Misericordia durante años, pero hacía un tiempo que no me había concentrado en ella. Irónicamente, ese día la había rezado antes. No recordaba que hacía mucho que guardaba en mi maletín un folleto con la Coronilla de la Divina Misericordia con extractos del diario de Santa Faustina. Cuando llegué a Nueva York, como tenía algún tiempo libre en mi hotel decidí hacer limpieza en mi maletín, tarea largamente pospuesta.

Encontré el folleto de la Divina Misericordia, recé la coronilla, y leí algunas palabras de Jesús a Faustina. Antes de caer al agua, pensé en las palabras de Jesús, que nada le sería negado al que lo pida dentro de la hora de misericordia. Pensé que había grandes probabilidades que yo y otros moriríamos ese día, pero le pedí a Dios que tenga misericordia en nosotros, recé la oración que Él nos enseñó y un Ave María. Luego le recé a San Miguel, y seguidamente impactamos en el agua.

Estoy seguro que es el único avión en toda la historia de la aviación que ha caído al agua sin pérdidas de vidas. Sólo quiero que sepas que tu libro me dio mucha paz mientras caíamos, por lo que estoy muy agradecido. Sé que muchas personas rezaron en el avión, y creo que el Milagro en el Hudson ha sido un testimonio de la misericordia de Dios, y un signo de esperanza.

Cuídate y que Dios continúe bendiciendo tu ministerio, así como todo lo que haces para difundir el mensaje de la Divina Misericordia y las maravillas de la Santa Comunión.
IEVS
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