Película de denuncia que condena la utilización de niños- soldado en conflictos bélicos. El escenario de la acción no se sitúa en África, como otros estrenos recientes de igual temática (por ejemplo, Diamantes de sangre), sino en Centroamérica, más en concreto en El Salvador. Su argumento, narrado en primera persona, está basado en hechos reales.

Chava es un niño de 11 años que se ha convertido en el "hombre de la casa" tras la marcha de su padre a EEUU.  El chaval malvive en una chabola del extrarradio, junto con su madre y hermanos menores, con el temor constante de ser reclutado por el ejército gubernamental de El Salvador (que, en los años 80,  "arrancaba" a los chicos de las escuelas a los 12 años). Debido a las circunstancias, la vida de Chava se convierte en un juego de supervivencia no sólo para esquivar las balas de la guerra sino por las secuelas emocionales que le provoca la violencia diaria.

El realizador mexicano Luis Mandoki (Mensaje en una botella, Atrapada) ha realizado una película que impacta por el dramático asunto que aborda y que hace reflexionar sobre esa infancia robada. Voces inocentes se ve de un tirón a pesar de su exceso de metraje (se echa de menos la falta de elipsis). Más censurable, no obstante,  es el punto de vista desde el que se aborda el relato: claramente a favor de FMLN. A estas alturas de la Historia es un error narrar de forma tan maniquea esos hechos políticos por más que se conozcan los salvajes ataques perpetrados contra la población civil por parte de los escuadrones de la muerte (utilizados, en esos años, por el Gobierno de El Salvador).

Pero,  Voces inocentes  sigue siendo válida para concienciar a la gente de que en la actualidad hay más de 300.000 niños que sirven en ejércitos de más de 40 países.

Para: Los interesados en la utilización de niños-soldado.