Lo dijimos y lo repetimos: el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO) es capaz de venderle una nevera a un esquimal. Es, sin duda, el mejor vendedor que posee la Administración económica socialista. MAFO se presento ante los periodistas para advertirles que la lucha contra el fraude fiscal en España marcha viento en popa. Tres días después aseguraba que las autonomías deben participar de los impuestos indirectos y de los especiales, algo que han repetido los anteriores gobiernos hasta el hartazgo. Es igual. El lema de MAFO es: cada día, un mensaje, por lo menos.

Como hombre que mide el tiempo comunicativo, tampoco eludió la cuestión acerca de la reciente reforma legal aprobada por el Congreso que asegura a la sociedad de capital variable (SICAV) instrumento generalmente utilizado por las grandes fortunas, un tipo del 1% en el impuesto de sociedades. Y como siempre, lo justificó con el argumento adecuado, que no en vano es un buen retórico : el mismo privilegio que disfrutan los fondos de inversión. En efecto, si un partícipe sale de un fondo, o un socio de una SICAV, Hacienda se topará con él, pero entre tanto las condiciones se parecen. Incluso podría decirse que está más justificado el 1% en las SICAV que en los fondos, porque en las instituciones de inversión colectiva el partícipe es esclavo de los gestores, es decir, de los grandes bancos, que hacen con su dinero lo que les viene en gana. Sin embargo, lo bueno que tienen las SICAV es que es el propietario quien decide invertir su dinero en lo que le plazca.

Y hasta ahí la medida adoptada por el Gobierno es magnifica, sólo que el zorro de MAFO sabe que no es eso por lo que protestan los inspectores fiscales y hasta el viejo equipo de Solchaga y Solbes, el más sectario que tuvo el PSOE, con Juana Lázaro, actual subsecretaria del Ministerio, como arquetipo. No señor, el 1% de las SICAV les parece bien, pero no la amnistía fiscal que supone otorgar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores el control fiscal de las SICAV, porque estas sociedades, de suyo inocentes, pueden convertirse en instrumento de elusión fiscal. Son el refugio ideal para esconder pelotazos

Es igual, ante un micrófono, MAFO ha convertido una profunda y envenenada división interna en la Hacienda del PSOE en una luminosa noticia para el contribuyente. Y la verdad: el juego les suele salir bien.