En algunos países la pobreza llega a tal extremo que la gente se ve obligada a vender sus órganos para poder vivir. Sin embargo, después de la venta no pueden realizar su trabajo cotidiano en las mismas condiciones
Sr. Director:
En las callejuelas más sombrías de Shubra, un barrio de El Cairo, los traficantes de órganos acosan a los jóvenes egipcios desfavorecidos para intentar persuadirles de vender su riñón por menos de 3.000 dólares.
Esta noticia nos la daba hace unos días la agencia de noticias IRIN (www.irinnews.org), que nos contaba cómo los traficantes explicaban que no había ningún riesgo en la operación. Pero son muchos los que, tras vender un riñón por unos 2.225 dólares a turistas ricos a los que no llegaron a conocer, vieron cómo cambiaba su vida. Sienten cansancio y no pueden trabajar como antes de la operación.
Según un estudio llevado a cabo por la Coalition for Organ Failure Solutions (COFS) [Coalición para la resolución de los problemas de salud relacionados con insuficiencias orgánicas], que lucha contra el tráfico de órganos, un 78% de los donantes de órganos egipcios ve agravado su estado de salud tras la operación, y un 73% de entre ellos son menos aptos para realizar trabajos físicos.
No existen datos oficiales acerca del número de donantes de órganos en Egipto, aunque se cree que los donantes se cuentan por millares. Para Muhammad Ghoeneim, pionero de los transplantes de riñón en Oriente Medio, nadie desea abordar el tema del tráfico de órganos en Egipto porque es una fuente de riqueza enorme.
Kabir Karim de la COFS indica que el tráfico de órganos se ha convertido en un medio de ganar dinero fácil, donde médicos y traficantes colaboran para vender y comprar órganos humanos. Está claro que todos aquellos a los que este comercio beneficia quieren seguir con su actividad.
Las duras medidas tomadas por el gobierno frente a los traficantes de órganos, los donantes y los centros médicos en varios barrios de El Cairo a mediados de noviembre ha sacado a la luz en tema del tráfico de órganos en Egipto, el tercer país más afectado por este fenómeno, según Saad al-Maghrabi, adjunto al ministro de sanidad. El Ministerio ha reforzado la vigilancia del tráfico en colaboración con el Centro público de cuidados médicos gratuitos, el único habilitado para arrestar a las personas sospechosas de estar implicadas en el tráfico o en el transplante ilegal de órganos.
El Centro cuenta con un equipo cuyo trabajo consiste en acorralar a los traficantes de órganos y a los donantes, y también realiza visitas a los hospitales en los que se realizan estas operaciones sin autorización. El Centro envía a personas para la localización, que se sientan en los cafés en los que los traficantes buscan a los donantes potenciales y en los que hacen el trato. También van a los hospitales para verificar el número de transplantes realizados y asegurarse de que tienen los certificados del Ministerio; en caso contrario son ilegales.
La ley en vigor autoriza los transplantes en los hospitales y en los centros médicos tanto públicos como privados. Dado que la demanda de transplantes es superior a la oferta, hoy día los traficantes, los médicos y los técnicos de laboratorio violan la ley tanto en hospitales públicos como en los centros médicos privados.
Un proyecto de enmienda de la ley prevé prohibir los transplantes en las clínicas y en los centros médicos privados. « Si se realizan transplantes en centros privados, esto no será considerado una práctica médica. Será una práctica comercial. Y esto sería contrario a la ética.
Según los expertos, la solución podría darse con las donaciones post-mortem. Pero esta práctica es considerada por muchos como contraria a la ética y a las costumbres. Es difícil donar los órganos de un ser querido tras su muerte, por razones a la vez religiosas y culturales.
En otros países se da el mismo fenómeno del transplante ilegal de órganos. En China, por ejemplo, sólo hay disponibles unos 10.000 órganos para cerca de 1,5 millones de personas necesitadas de transplantes. El Ministerio de Sanidad ha penalizado a tres hospitales del país por la venta ilegal de órganos a pacientes extranjeros. En Bolivia se ha descubierto que varios argentinos recibieron transplantes de órganos de bolivianos entre el 2005 y el 2006. Y en varias publicaciones de la prensa albanesa, se indica cómo órganos de albaneses son trasladados a clínicas italianas y francesas.
En España, a la cabeza en cuanto a donaciones, nos resulta difícil concebir la compra o venta de órganos, pero debemos pensar que, al menos para muchos, se trata tan sólo de una cuestión de supervivencia. Lo que debe hacernos pensar acerca de las desigualdades que existen en este mundo.
Maite Vaquero Oroquieta
maite.vaq@hotmail.com