La agencia Zenit recoge la intervención de monseñor Oswald, arzobispo de Bombay contra el aborto selectivo de niñas en la India.
El segundo país más poblado del mundo ha absorbido en un brevísimo lapso de tiempo lo peor del capitalismo occidental: salarios de subsistencia, explotación del hombre y marginación de la mujer, considerado un ser menos útil tanto para el trabajo y que, la igual que ocurre en China, pasa a formar parte de la familia de su marido, por lo que sus padres no reciben en la vejez la atención que esperan. Ni que decir tiene que las pensiones en China e India son de mera subsistencia.