La primavera árabe preludia el invierno de la libertad
Rashid al-Ghannushi podría convertirse en el próximo presidente de Túnez. Es el candidato del partido Al Nahda, una formación calificada de islamista moderada, si es que ambas palabras pueden ir juntas en la misma frase. Por si no resultara vencedor, Ghannushi ya ha advertido del riesgo de manipulación en las elecciones y ha amenazado con una nueva revolución en caso de que considere que el resultado de las urnas haya sido alterado.
Al final, la "primavera árabe" podría suponer el paso de dictaduras laicas a dictaduras religiosas. En virtud de la Alianza de Civilizaciones, los Hermanos Musulmanes serían los principales beneficiarios de la derrota de Mubarak y Ben Alí… para empezar.
Mariano Tomás
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