Al presidente del Banco Central Europeo (BCE) no le ha preocupado que los europarlamentarios, especialmente el Grupo socialista, considere que debe bajar los tipos, preocuparse menos por la inflación más que por el crecimiento. A primera hora de la mañana del jueves Trichet decidía mantener los tipos en el 2% y no reducirlos, como en su día hizo el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, que llegó a situarlos en el 1%.
Las presiones de los políticos, que rechazaron en la Eurocámara el Informe Anual de actividad del BCE en la Eurocámara no han servido para convencer al francés, quien alega que los precios también pueden dispararse en Europa debido a la subida del crudo, en un continente tan dependiente del petróleo como Europa y, en especial, Eurolandia.