El Parlamento Catalán, como de todos es sabido, hace pocas fechas prohibió las corridas de toros en Cataluña, argumentando que los animales eran objeto de maltrato.
A los pocos días el mismo Parlamento, ha blindado los correbous y festejos semejantes olvidando por completo lo del maltrato al animal. De esta actuación se pone de manifiesto que lo que verdaderamente se pretendía en el primer caso es acabar con una seña de identidad de España en Cataluña. De seguir en esta línea, de limpiar Cataluña de símbolos españoles, dentro de no mucho tiempo se podría prohibir otro emblema español famoso en el mundo entero: la tortilla de patatas.
Si bien se podrá hacer una versión catalanizada, que consistiría en suprimir la redondez de tan exquisito plato, pues podría recordar el círculo de las plazas de toros. La modificación consistiría básicamente en hacer las tortillas triangulares o cuadradas; por lo que habría que modificar los moldes para fabricar las sartenes. Naturalmente los costes de esa remodelación correrán a cargo del Gobierno de Madrid, en forma de subvenciones a la innovación e investigación al desarrollo industrial y alimentario en Cataluña.
Acaso, paciente lector, ve disparatado lo expuesto; espere que el Gobierno Central necesite de los votos de los nacionalistas para no abandonar la poltrona.
Manuel Villena Lázaro