Sr. Director:
Acabo de leer una carta de David Bouza Burgaleta en la que, tras presentarnos su currículo como persona cercana al Opus Dei, afirma de los miembros de esa Obra que "todos ellos también tienen en común cierto elitismo y gusto por las cosas materiales". Desde luego, sus tropecientos años en un Colegio de Fomento no le han servido para entender el Opus Dei. Y es que, ciertamente, la Obra no es un carisma para todos. Habrá quienes, como David, no entiendan ciertas cosas. Yo tampoco soy del Opus Dei, pero hace años que lo conozco. Y sí he entendido que los miembros de la Obra viven en medio del mundo y se sirven de las cosas más materiales para ser santos.
Esto no se entendía hace cuarenta años y aún hay quién no lo entiende hoy. Gentes como David gustarían más de que los del Opus vistieran como traperos y vivieran en una cueva. Un estilo más ermitaño, digamos. Pues no, no es eso David. Viven en el mundo, como tú David. Y, mientras viven en medio del mundo, ya sé ocupan muy mucho –al menos los que yo conozco- de poner su corazón en las cosas del Cielo. Y eso se nota.
Por ejemplo, se nota cuando hace no mucho este servidor vendía su coche de 16 años de antigüedad (un Opel Astra de tres puertas), sin aire acondionado, todo manual, sin dirección asistida....todo un lujo, a un numerario recién llegado a Barcelona de los Estados Unidos, justo tras vender por un buen puñado de dólares una start-up en los States. El susodicho trabaja a día de hoy para un fondo de inversión italiano. Utiliza el transporte público y el coche para desplazamientos más largos de tanto en tanto. Desde luego, buen ejemplo de que sabe vivir en el mundo sin quedarse prendado por las cosas del mundo.
Respecto al "elitismo", algunos no entienden que desde el Opus Dei se ofrezca formación humana y espiritual a los que tienen pasta. Supongo que ellos o no tienen pasta o creen que tener dinero es motivo de condenación eterna. Tampoco entendieron que Cristo se juntara con adinerados como Mateo –luego apóstol- o se hospedara en casa de ricos. Ello no quita que desde el Opus Dei también se atienda –como Cristo- a los que son pobres.
Con mucho gusto invito a David a venir a Barcelona y a pasearse por maravillosos lugares como el Raval de Barcelona o el Hospitalet u otros sitios donde el Opus Dei ofrece formación humana y espiritual a personas de pocos medios. Bien seguro que esta experiencia ayudará a David a completar su particular experiencia con el Opus Dei. De hecho, mi responsabilidad para con los pobres la aprendí en el Opus Dei.
Jorge Mira Vallet
jorgemirav@yahoo.es